Así es, melocotón y menta. Estos son los colores de Selavy.
Llámalos naranja y verde o ámbar y verde mar.
Sabemos de que estamos hablando, sea cual sea el nombre que le demos.
De pequeña el naranja era mi color favorito. De mayor he averiguado que es el color de los niños tras pasar por una fase oscura en que todo lo pintan de negro. "Laranja" como lo llamaba Aleix, el sobrino de mi marido.
Mi color favorito de mayor es el verde, en todas sus variantes, desde la línea que delimita el azul al amarillo, sin llegar a ser ninguno de ellos.
Me encanta. Por lo que simboliza, la esperanza, el campo, la naturaleza. Por lo que nos hace sentir, frescura, naturalidad, sencillez, calma.
Me gusta porque es un color elegante si se elige correctamente el tono y los complementos que le acompañan (en mi cabeza en ese momento el increíble vestido de Dolores Promesas de Paula Echevarria para los Goya del 2013).
¿Pero y su combinación? Sin duda peligrosa.
Aunque mi apuesta es el naranja poco saturado, que recuerda a los pasteles de novia y a las tardes cálidas de verano; junto un verde mint, también poco saturado, que apaga los excesos pasionales del anterior y se realza así mismo con la combinación. También un verde más saturado y menos iluminado. El verde mar o como yo lo llamo "verde alga".



Estas dos fotos son de la semana pasada en Esfera. Esto me demuestra que no estoy muy desencaminada.


De pequeña, cuando tomé la comunión, había dos cosas que me hacían especial ilusión.
Una era un telescopio para ver las estrellas y la otra una bicicleta de color verde.
El telescopio llegó, pero la bicicleta nadie cayó en regalármela. Mis padres utilizaron algún dinero que algunos familiares me habían dado como regalo y que querían guardarme para comprarme una bicicleta preciosa de color verde metalizado con una cesta de metal que yo misma elegí.
Un día, apenas faltando una semana para el día D, llegaron los jefes de mi padre sin saber nada de mi ni de mis gustos y preferencias. Traían una bicicleta de color rosa.
Recuerdo a mi madre escondiendo la bicicleta verde en una habitación y una inmensa tristeza dentro de mi. Yo creo que me hice un poco más mayor ese día al tomar consciencia de que las mentiras forman parte de la vida adulta. Menudo berrinche pillé cuando se cerró la puerta.
¿ Que habrá sido de aquella bicicleta verde?
Y para acabar os dejo una foto de Melocotón y su familia, el pequeño mamut de IceAge que me encanta.
Feliz semana!!
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