Vicky y Jordi tuvieron la suerte de tener unos magníficos encargados de guardar los anillos el día de su boda, pero les faltaron algunos momentos más disfrutando de Ona y Fermín. Por eso decidieron hacer una sesión de fotos con ellos algunos meses más tarde.
¿Y quién dice que el vestido de boda es para un sólo día? Ellos se calzaron de nuevo sus trajes de boda en pleno Diciembre y allà que nos fuímos, Pilar, la mitad de Marsalà y una servidora, a disparar a diestro y siniestro. El resto; la complejidad, los gestos, las caricias y las miradas, corrieron de parte de Vicky y Jordi. La verdad, nos lo pusieron muy fácil.
















Para mí siempre es un placer retratar a grandes amigos, para los que además ya había tenido una pequeña participación en el día de su boda con la elaboración del tríptico que explicaba La gimkana de Vicky y Jordi.
Os dejo con nuestro último descubrimiento en el Festival de les Arts, Hurts!!
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