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jueves, 25 de enero de 2018

Marrakech. Donde dormir, comer, comprar y algo más.


Hacía mucho tiempo que quería realizar este viaje pero por distintos motivos siempre acabábamos en otros destinos. Al barbudo no le hacía mucha gracia salir de la zona de confort de metros y transportes públicos de grandes ciudades, pero finalmente le convencí y reservamos billetes.


El viaje fue movidito, ya que por ahorrarnos unos euros no reservamos asientos con esa compañía "tan y tan querida" y nos colocaron al lado de los baños. Los que habéis viajado en esos asientos o cercanos a ellos sabréis de que hablo. la gente es subir al avión y le entran ganas... Además llevábamos una despedida de casada o algo similar que nos amenizaron el viaje ¡¡ ida, y vuelta!!

En cuanto salimos del aeropuerto de La Menara, comprobamos el cálido clima marroquí que te hace difícil el respirar por unos segundos. Nosotros contratamos el servicio de transporte del aeropuerto al riad y viceversa para la vuelta por unos cuantos dirhams. Si prefieres coger el taxi a la salida del aeropuerto seguro que te costará mucho menos pero tendrás que negociar el precio y si el riad está en pleno zoco, quizás tendrás que buscarte la vida hasta dar con él o negociar con alguien para que te lleve.  Más allá de la plaza Jmaa el Fna no esta permitido el tráfico para coches. Así que mi consejo es que pagues un poco más y contrates este servicio. Lleva algo de calderilla suelta para darle al muchacho del carro que te llevará las maletas.

Si vas a Marrakech debes alojarte en un riad si o si. Estas casas de huéspedes están situadas siempre dentro de la medina y no podrás imaginar como es por dentro hasta que entras. Con un gran patio con fuente o jardín en torno al que se articula todas las habitaciones. El servicio es excepcional, pues de ello depende el servicio de una familia entera; en la mayoría te ofrecen comida o cena, por un precio razonable, aunque un poco más elevado que en los restaurantes de la medina. Pero se aseguras un servicio exclusivo y comida casera 100%. Los desayunos son deliciosos y abundantes; suelen ser desayunos continentales por aquello de que son para turistas, pero siempre con productos marrakechíes.


Nosotros estuvimos alojados en el Riad Samarine en el pleno zoco y a dos minutos de la Plaza Jmaa el Fnaa. Pasarás mil veces por la plaza, así que es lo mejor tener el riad cerca, para ir a descansar, para hacer una parada, para dejar las compras y no cargarlas todo el día, para hacer la siesta; al fin se convierte en tu casa allí, así que mejor tenerla en una buena ubicación.  Como ya os he contado, la comida y el servicio genial. Si tuviera que poner una pega, es que Abdellatif, el dueño del riad, no hablaba castellano y mi inglés y mi francés son bastante cortos. También la forma de pago, ya que no quieren que pagues en el importe por completo en tarjeta y te piden como mínimo la mitad en efectivo. Esto no me pareció muy legal y lo dejé reflejado en la página de Booking que es donde
compramos la reserva.

    

    


Comer en Marrakech es uno más de los atractivos turísticos que no debes perderte. Nosotros nos guiamos por las recomendaciones de la guía Lonely Planet, que por cierto os recomiendo porque está muy bien indicado, aunque vigilad la última edición, y por el hambre que teníamos en ese momento.
A veces nos dejábamos guiar por la vista.

Algunos de los lugares donde comimos en Marrakech:

- Bakchich Café

Muy cerca de la plaza Jmaa el Fnaa, en el cruce de la rue des Banques con la rue Kennaria. Regentado por unos chicos muy majetes en el que se respira un ambiente de buenrollismo. El local está decorado con objetos reciclados y llama la atención sobre otros de decoración más típica. Los precios son muy ajustados y los platos abundantes. Nosotros elegimos una ensalada y un tajín de pollo y cuscús para compartir. Creo recordar que no pedimos postre porque no podíamos con él.
El pan y las aceitunas te las ponen sin pedir.

* Las aceitunas de Marrakech son las mejores que he probado en mi vida. En cualquier restaurante te las ponen de aperitivo mientras esperas y están buenísimas.



  

- Snack Toubal

Si no hubiera sido por la recomendación de la Lonely, jamás hubiéramos entrado en este local. La terraza da un poco de miedo desde fuera. A mi me recordaba a un sitio entre chiringuito de playa de los años 80 y bar de la película de Álex de la Iglesía,  El bar. Ubicado en un extremo de la plaza Jmaa el Fnaa, en el inicio de la rue Riad Zitoun el-kedim. Pedimos una ensalada, una "pastilla" y postre. La ensalada como siempre, buenísma; pedimos una "pastilla" por probar, aunque os aconsejo que si vais dos, pidáis una para cada uno, ya que no es muy grande y de postre yogur. La pastilla es como una empanada de una pasta similar al hojaldre de carne y verdura, muy popular en Marrakech. El precio el más económico que encontramos en la ciudad, aunque no volvimos porque la terraza es abierta y sin aire acondicionado. No tengo fotos de este sitio, pero os pongo esta para que lo visualicéis si lo buscáis.

  

- Hotel El Kennaria

Está situado al lado de Bakchich Café, nos llamó la atención por su decoración un día que íbamos a repetir en el café del buenrollismo. Es un bed and breakfast impresionante de bonito. Tiene varias plantas y el restaurante en la terraza de arriba del todo. Muy tranquilo. Se convierte en una terraza-pub por la noche y la comida buenísima. Repetimos varias veces por la tranquilidad y las ensaladas porque estaban buenísimas; una de berenjena y la otra marroquí. Pedimos dos tajín diferentes, uno de cordero y otro de verduras ambos con cuscús. Los postres algo insulsos, y el último día pareció que hubiesen ido a recoger la fruta al huerto porque tardaron muchísimo para una macedonia, pero tampoco teníamos prisa. El precio más o menos igual que otros sitios, excepto Café Toubal que es baratísimo. En general bien, os lo recomiendo.

    

   
 


- Café des Épices

Es muy conocido, y si estás en Marrakech a ti te parecerá que también lo conoces porque hay carteles y anuncios en toda la medina. Aunque me mostré un poco reacia ir a un sitio tan "anunciado" cuando pasamos por delante me enamoré de él y comimos el último día. Fue un acierto. Situado en la plaza Rahbaa Medina, en pleno zoco. Es una plaza muy animada porque hay puestos ambulantes y vendedores gritando y llamándote. El local es climatizado pero la fachada que da a la plaza es una gran cristalera desde donde contemplar al fresquito del aire acondicionado el barullo que hay fuera, como una televisión. El sitio es muy moderno, pero sin olvidar el toque marroquí. Y la comida, aunque con el sabor tan característico es más desenfadada: bocadillos, ensaladas, sándwich... a Nosotros nos fue genial, porque el estómago del barbudo no resistía más cúrcuma. Si vas a cenar te recomiendo que subas a la terraza si consigues mesa, ya que por la noches refresca y se está muy bien y podrás contemplar la increíble puesta de sol de Marrakech. El precio más o menos como en los demás y se puede pagar con tarjeta. 

   

- Riad Samarine

Cómo os he explicado antes, comer en el riad en que os alojáis es una buena opción. Nosotros pedimos la cena para el día en que llegábamos, y todo delicioso.  Durante nuestra estancia allí, apenas nos cruzamos con un par de huéspedes más, todo tranquilísimo. Parece mentira que a un minuto de allí haya tal caos y jaleo como el que se monta en la plaza Jmaa el Fnaa cada anochecer. Además nosotros fuimos en pleno Ramadán, con lo cual la cosa se acentúa, puesto que como sabéis los musulmanes ni comen ni beben en esta época hasta que no anochece. 
Nosotros pedimos una ensalada marroquí y una de berenjena o zaalouk y un tajín de pollo y aceitunas que estaba para chuparse los dedos. Con una ensalada hubiera sido suficiente. De postre nos sacaron naranja con canela, algo muy típico de allí que nos encantó.

  

Los desayunos como os he contado antes son abundantes para nuestro gusto: café, leche, pan, mantequilla, mermelada, queso, chocolate, algo de dulce y yogur. Nosotros salíamos saciados para toda la mañana. Hay que tener en cuenta que muchos sitios no los abren hasta las 11, por lo que levantarte y salir pronto no es necesario. Además con el Ramadán todo se lo toman con más calma. Nosotros salíamos sobre las 11 del riad y empezaban a montar los puestos de los zocos. Aunque quieras llegar pronto a los sitios turísticos para evitar colas o hacer mejores fotos sin todo lleno de japoneses, no desesperes, porque no lo vas a conseguir. Así que disfruta de los tiempos marroquíes.


Finalmente, me falta el nombre de un sitio. He estado buscando pero no lo he conseguido su nombre. Está situado en una plazoleta subiendo desde los palacios hasta la plaza por la rue Riad Zitoun con la rue Douar Graoua. Queda justo delante de Un dejeuner a Marrakesh
Allí pedimos una ensalada marroquí y un tajín de cordero que estaba muy bueno. La terraza es muy bonita y perfecta para ver esta parte de la medina. 


Una noche salimos a dar un paseo hasta el barrio de Guèliz. Este barrio nada tiene que ver con las imágenes que tenemos de Marrakech. Es un barrio con trazado rectilíneo construido en época del protectorado francés, donde grandes avenidas cruzan con un tráfico muy fluido entre los edificios de varias plantas. A nosotros nos fue bien salir por una noche de la marabunta y del caos de la medina, pero no hay nada interesante que ver allí y en general el barrio me pareció aburrido como cualquier barrio de viviendas dormitorio de una gran ciudad europea. Tuvimos que comer en un Mac Donalds porque los restaurantes son muy caros comparados a los de la medina. Pero al volver tuvimos una de las más agradables experiencias del viaje. 

La avenida de Mohammed VI acaba en la explanada de la Koutobia, y justo llegamos allí en hora del rezo que va después del finalizar el ayuno diario. Miles y miles de musulmanes estaban rezando a la vez, y os aseguro que el silencio seguido de la voz del muecín y miles de voces susurrando su rezo es muy impactante, yo no pude evitar que me cayeran las lágrimas.

Compras

Para volverse loco y más si te gusta la decoración marroquí como a nosotros. 
Te recomiendo que tengas claro que es lo que buscas y que te informes de cual puede ser su precio aquí y allí. Y ten por seguro que vas a pagar más de lo que te habías marcado. Son los reyes del regateo y no los vas a ganar jamás. 
Te intimidan al principio, y siempre negocian con los hombres, parece que las mujeres no tengamos voz. Pero no por eso te dejes avasallar. Déjale claro que con la que va a negociar eres tú, y sino le interesa seguro que encuentras algún vendedor dispuesto a  negociar contigo. Te aseguro que el producto lo podrás encontrar en otra tienda, sino igual casi igual.
Entre ellos se ayudan y te lían; te llevan a la tienda del amigo para que pruebes sus productos y de una te meten en otra. Piensa bien lo que estas comprando y si realmente es lo que querías. Si es necesario hazte una lista. Todo turista tiene la sensación de que le están timando, aunque por suerte allí todo es barato, aún cobrándote más de que deberían.
Eso sí, el té lo tienen preparado todo el día, haga frío y calor, y te lo ofrecen enseguida.

- Alfombras
Yo quería una alfombra. Había estado mirando por internet y sabía que quería un  Killim Boucherouite porque me gusta mucho el aspecto retro de estas alfombras que están confeccionadas con materiales reciclados por las mujeres bereberes. Pero ahhh! ...amigo!!! Cuando entras en una tienda de alfombras ves que hay mucho más. Yo me enamoré de una alfombra blanca de seda de cactus hecha a mano por mujeres beberes con símbolos tradicionales en colores preciosos. Pero claro, no me había informado del precio de estas, por lo que después de estar negociando por una de ellas ví que no era factible y al final me llevé mi Boucherite, y ni tan mal...¡oye! Al final pagué 200 euros, y teniendo en cuenta que en internet no bajan de los 450 euros con las mismas medidas, creo que hice buena compra.

   

- Forja
El barbudo quería una lámpara de forja y la verdad que son preciosas.  Después de darle vueltas al modelo que nos gustaba, y también por el tamaño para llevarla en la maleta de vuelta, elegimos una de mesa con forma de gota que nos hace una luz de ambiente muy bonita. No recuerdo exactamente cuanto pagamos porque cogimos alguna cosa más. Pagaríamos unos 30 euros en total.


- Especias
Este es un claro ejemplo de lo que os comentaba antes. Acabamos tomado te con este señor en su tienda y enseñándonos todos sus productos. Teníamos pensado comprar especias; canela, cúrcuma, aceite de Argán, azafrán, pero acabamos comprando cosas que no creo que vayamos a usar jamás. Eso sí, nos hicimos un colega.




- Cestería
Me arrepiento de no haber comprado más. Cuanto más las miro más me gustan, incluso el olor a palma me encanta. Me recuerda a los Domingos de ramos de mi infancia.  Yo compré dos cestas de tamaño de mediano a pequeño. Son de colores vivos y cenefas geométricas. Creo que pague unos 20/25 euros por dos.


Cerámica
También me arrepiento de no haber comprado más. Las compré para uso habitual, compre 4 platos de colores diferentes desde uno muy pequeño para aceitunas a uno más grande para ensaladas o cuscús. Al llegar a casa me dí cuenta que me hubieran gustado para colgarlos en la pared.


- Platería
Compramos regalitos para la familia, aunque es lo único que no veo beneficio de comprar allí. Si volviera no lo haría. En cualquier mercadillo de aquí puedes encontrar los mismos productos al mismo o mejor precio.

Me hubiera gustado comprar más cosas porque están a buen precio la peletería, marroquinería y el cuero en general. También me hubiera gustado comprar un clutch de latón dorado para fondo de armario pero al final acabas harto de tanto regateo y negociación.
Tampoco compramos dulces y pan marroquíes porque no encontramos una tienda que nos acabara de convencer. los dulces están hechos con miel y tiendas que venden estos productos en el zoco les rodean un enjambre de abejas que no las hacen mu apetecibles. Tan solo una pâtisserie vimos decente pero no nos venía bien llevar todo el día los dulces detrás. El pan lo venden en carros en medio del zoco, y aunque no es muy apetecible, si es verdad que huele que alimenta, pero tan solo vimos vendedores por la mañana cuando salíamos del riad y acabábamos de desayunar.

Cosas que no te puedes perder

 Ver el atardecer en una terraza de la plaza Jmaa el Fnaa es una de las experiencia más bonita en esta ciudad y más si la visitas en época de Ramadán. Nosotros subimos a una terraza y pedimos un té de menta con pastas. No recuerdo cual era, aunque mejor, porque el camarero no era muy simpático y cualquiera de ellas te sirve. Me sorprendió el momento de relativo silencio que se hizo cuando se puso completamente el sol, y es que todo el mundo sacó la comida y se puso a comer, pues era el momento en que se acababa el ayuno diario. Me pareció increíble que en medio de todo aquel caos de ir y venir de carros, caballos, vendedores ambulantes, encantadores de serpientes, mujeres que te tatúan henna, etc, se ralentizara el mundo de aquella forma.






Para acabar con el post de hoy me gustaría recomendaros que visitéis unos baños árabes. Existen de hombres y de mujeres y mixtos. Preguntad en el riad que seguro que os ofrecen uno de confianza y podéis preguntar cualquier duda que tengáis. Nosotros fuimos al Medina Spa, muy cerquita de la plaza y aquí podéis ver nuestros rostros resplandecientes al salir. Pero una cosa os voy a decir, no os penséis que es nada relajante, al menos el pack que cogimos nosotros: Hamman y Exfoliación con cereales bereber, que incluía:  baño de vapor con plantas de matorral, mascarilla corporal de cereales,  exfoliación y masaje para pies, ducha, enjabonado, 10 minutos de masaje turco a la antigua manera con agua de azahar y té, por supuesto. En total 50 minutos por 250 dirhams, al cambio unos 23 euros por persona. 


 Esto es lo que nosotros hicimos y te aconsejamos; por supuesto habrán muchas cosas más en las que vosotros estaréis interesados pero a nosotros no nos interesaban.  A saber: montar en camellos en el Palmeral de la ciudad; nosotros vimos a los pobres camellos bajo un sol justiciero el día que visitamos La Menara y os aseguro que si teníamos una mínima inquietud en el tema, desapareció en el momento, al igual que el paseo en los coches de caballos, que están los pobres dando vueltas todo el día o las fotos con los monos en la plaza Jmaa el Fnaa, que tienen encerrados en jaulas del tamaño de una caja de zapatos. Hay que tener en cuenta que, aunque es una de las ciudades más occidentalizadas del mundo árabe, no tienen el mismo concepto que tenemos nosotros del respeto a los animales. 

Si con todo esto todavía no tienes ganas de visitar Marrakech, te invito al próximo post en el que te contaré nuestras visitas a los lugares más bonitos de la ciudad.

¡Salam ailekum, amiguitos!









































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